domingo, 8 de mayo de 2016

Carta para un hijo



Querido hijo:

Llega el momento del encuentro.
Hoy, después de tan larga espera podremos conocer tu rostro y oír tu llanto. 

Tendrás que abandonar este lugar tan cálido que te acogió hasta ahora en húmedo y rítmico arrullo de dos corazones unidos por el amor a lo engendrado.

Pero no sientas temor, estaremos muy cerca, al igual que ahora, para recibir tu primera mirada cuando abras esos ojos que imaginamos claros como el cielo.
Fantaseamos con tu sonrisa, con tus deditos agarrando un mechón de nuestros cabellos.


Seguro que no te faltarán caricias sobre tu piel indefensa, te garantizo que nuestros besos te cubrirán como ropaje de cariño; eres un bien muy preciado para ambos, y deseamos compartir tantas cosas contigo, que esperar las últimas horas se hace costoso.


Cuando vengas nos haremos todos como niños. Seremos partícipes de tus descubrimientos, volveremos a admirarnos de las cosas en las que un buen día dejamos de creer.


Gracias a ti, volveremos a ver el mundo con esperanza  y quien sabe si por tu causa, reiremos más a menudo de felicidad.
Lo que sabemos con seguridad es que todo cambiará, y que lo que fuéramos hasta ese momento carecerá de importancia, pues tú, vienes a dar nuevo sentido a nuestras existencias.

Por tu nacer y por lo que lleguemos a ser juntos te estamos muy agradecidos hijo y eres bienvenido a nuestros brazos, que serán tu primer hogar.




Derechos de autor: Francisco Moroz

Código de registro: 1605087457687



jueves, 5 de mayo de 2016

Honrados piratas


Relato presentado al concurso propuesto por el Círculo de escritores con la temática: "Piratas"





Desde que a primera hora del amanecer divisamos el galeón en lontananza, mantenemos una persecución constante a todo trapo, como lobos hambrientos de botín.
El barco con el que visiblemente acortamos distancias es pesado y robusto, fuertemente armado, con no menos de 40 cañones; pero eso mismo va en su detrimento, pues nuestra fragata, menos pesada, surca las olas velozmente. Además, el dios Eolo sopla de popa fuertemente, favoreciendo nuestra fortuna. Esta tarde habrá tempestad para algunos.

Queremos dar caza a quienes portan lo que es nuestro, la riqueza que nos fue arrebataba con la impunidad de ladrón y la alevosía del malnacido.
Nosotros somos hombres desligados de ataduras; libres de surcar los siete mares a nuestro antojo, de gritar a los cuatro vientos y de hacer de jueces y verdugos. Nadie está por encima de nosotros; todos iguales a la hora del reparto y dispuestos por igual a morir, o a matar para evitarlo.

Mi tripulación está formada por no menos de 50 hombres, y todos ellos son bravos que están avezados en la lucha cotidiana por la supervivencia; no les arredran las tormentas ni los infortunios,  y si saben que el enfrentamiento es contra nuestro ancestral enemigo, se anudan los pañuelos y afilan sus cuchillos.

El rival no puede evitarnos y cuando al atardecer le damos alcance, nos muestra su flanco de estribor orlado de portañolas donde asoman amenazantes las bocas de sus 20  cañones de línea. Guardamos distancias, la suficiente para que las pesadas bolas de hierro no alcancen nuestra quilla; y preparamos los falconetes de a bordo y los diez cañones en banda de babor.

Cuando estamos a una distancia prudencial, alzo mi voz e insto al capitán del galeón a rendirse; este se asoma al puente de mando y con desprecio a lo que representamos, saca el sable y lo alza. En ese momento los grandes cañones de cureña  empiezan a escupir fuego: La pesada artillería no llega a alcanzarnos.
Maniobramos con diligencia  para situarnos en ángulo muerto con respecto a los cañones del pecio enemigo y comenzamos a disparar los nuestros sobre su cubierta, para  despejarla mientras preparamos el abordaje.

Cuando la cercanía es plausible para poder lanzar los ganchos; aparecen tras los parapetos de las bordas una línea de fusileros reales que abren fuego contras nosotros, provocando muchas bajas a causa del factor sorpresa. Pero esto nos enardece aún más y empezamos a disparar nuestras pistolas; mientras que nuestros cañones son los que truenan y destrozan jarcias y aparejos.

Saltamos y escalamos las bordas, empezamos la danza macabra con la muerte; la sangre se confunde con el agua salada y nuestros pies se escurren en la tablazón del castillo, el combés, el alcázar y la toldilla.
Es una lucha desigual. Ellos, más numerosos, lo hacen por las riquezas que atesoran en el buque, nosotros por venganza y porque fuimos engañados.

Al fin derrotado el rival y aliviadas nuestras ansias de desquite, pongo orden en la barahúnda de la tripulación e impongo silencio ante la cacofonía desmedida de gritos y alaridos de dolor.
Se ha hecho justicia de nuevo, y esta embarcación repleta de filibusteros será desarbolada y hundida después de cambiar la carga que yace en sus bodegas, a las de nuestro barco.

Antes, arriaremos su bandera negra como sus conciencias y la quemaremos, después marcharemos en busca de otras aventuras, tras de aquellos que con patente de corso de sus reinos y gobiernos, saquean a esos que llaman: “ingenuos ciudadanos”.

Mientras zarpamos en nuestra fragata cuyo nombre es “Indignación” pienso que al menos este galeón, no llegará a Panamá.


Derechos de autor: Francisco Moroz

                                                                                              Código de registro: 1605057442002




lunes, 2 de mayo de 2016

R.I.P chef



-Es como sale mejor la paella con bogavante ¡Cateto! y no la bazofia que has preparado que no se la comería ni un muerto de hambre. Eres un aprendiz de cocinero, un fraude sin ningún arte culinario, sin derecho a pisar las cocinas ni utilizar mis fogones…

Todo esto me lo dijo el chef delante del público y de las cámaras que me enfocaban mientras yo, bajaba la cabeza avergonzado.

Me superé a mí mismo, y practicando, llegué a ser el mejor.

Hoy he preparado un arroz con bogavante sin bogavante y con carne que parece de pollo pero tampoco lo es.


Derechos de autor: Francisco Moroz

                                                                                              Código de registro: 1605027409189

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