lunes, 29 de febrero de 2016

Muerte en Madrid

Muerte en Madrid




De: Mark Oldfield














Esta novela es de esas que impactan nada más abrir sus tapas y empezar a leer sus primeras páginas. Propone una historia al menos conocida, por las referencias rescatadas de los que conocieron esos sucesos de primera mano, los que hicieron que España se resquebrajase a causa de la lucha que mantuvieron sus hijos en bandos contrapuestos.

Pero no relatará otra más, de las muchas que ya están escritas y parecen repeticiones de los mismos acontecimientos conocidos.
Va más allá.
El autor para empezar no es español. se trata de un criminólogo y docente inglés, que por otro lado se ha interesado por este periodo tan convulso de nuestro país. 
Se trata de un thriller al más puro estilo de novela negra sobre escenario de ficción histórica. 
Ambientada en la España profunda de la posguerra cuando después de 14 años de finalizada la contienda, el régimen franquista sigue imponiendo su estado de represión, depuración y eliminación de la insurgencia con métodos expeditivos.

Para ello cuenta con una brigada policial bajo el mando personal del mismísimo caudillo y su mano derecha "Carrero Blanco" 

" Es en el ámbito de las ideas y las ideologías donde se siembran las semillas de la destrucción."

El personaje principal será el comandante " Leopoldo Guzmán" un sociópata que podríamos calificar como psicópata asesino letal, amparado por la aparente legalidad de la causa política; se podría encuadrar dentro de las filas de los sicarios, simple instrumento de los deseos de "Franco", lo que no le exculpa de sus acciones, de las cuales, por otro lado, parece disfrutar enormemente con sadismo desmedido.

Los hechos narrados se nos presentarán en tres estadios temporales diferentes:
El primero de ellos en el año 1936 en los montes de Badajoz, tras la matanza llevada a cabo en la plaza de toros, los moros persiguen a un grupo de republicanos desesperados que huyen de la segura muerte, pues no hay lugar para la rendición. 

Estos momentos se nos relatarán en dosis pequeñas, a trazos, como en imágenes esporádicas y recuerdos de uno de los contendientes; muy importantes, por otro lado para comprender la totalidad de la trama argumental.

La segunda y principal línea temporal será la que desarrolle los hechos en el año 1953 cuando esta brigada especial ejecuta con saña los encargos de la cúpula dirigente. El comandante "Guzmán" el teniente "Peralta" y un sargento sádico serán los máximes protagonistas.

Y por último La actual en el año 2009 donde conoceremos a una forense de la guardia civil llamada " Ana María Galindez" que realiza una investigación sobre 15 cadáveres hallados en una mina clausurada en los montes de Gredos. Una mujer que está acostumbrada a lidiar con la apertura de las fosas comunes de la guerra civil; en esta ocasión se trata de restos datados en las fechas en las que "Guzmán" realizaba sus personales ejecuciones.
Esto la obsesionará de tal manera que pedirá autorización a sus superiores para, junto a una historiadora llamada "Lucia Ordoñez", "Tali" una de sus ayudantes, investigar sobre el terrible comandante y entre otras cosas:

"Denegarle el confort de su escondite en las sombras del pasado de España, y al hacerlo, dar a la sociedad la oportunidad de reconocer y asumir el daño que había causado."

Los tres tiempos narrativos irán desarrollando por si solos, relatos secuenciales que no tendrán que ver los unos con los otros en apariencia, pero que de igual forma irán dejando rastros, datos y nombres que al final nos darán la total visión y perspectiva de la trama general en la que, como en un juego de espejos, asistiremos a la urdimbre de una gran mentira que comenzó al mismo tiempo que oficialmente acabó la guerra, y alarga sus secuelas hasta la actualidad

" La batalla había terminado. La matanza acababa de empezar."

"Mark Olfield" consigue trasmitir con fidelidad el miedo de las víctimas, la crueldad de los ejecutores y las tinieblas y podredumbre del ser humano desquiciado y fallido. 
El resentimiento y el sadismo en el estado más puro y sin lugar para la redención.

Por otro lado ha impreso en lo escrito, los matices propios de la más pura novela negra con el misterio y las descripciones de los pasajes oscuros de las calles de Madrid al igual de oscuros que las almas de los criminales a sueldo que por ellas transitan.

“Los sonidos de la ciudad en invierno, una especie de tenue y sorda melancolía, enmarcada en el pesado oscilar del frío plomizo."


Muy bien escrita, con descripciones detalladas de lugares y entornos conocidos en los que sentiremos la cercanía de personajes elaborados desde la profundidad de sus sentimientos encontrados e instintos más primitivos. Perdedores replegados en sus miedos, vencidos por el temor a las represalias llevadas a cabo por los vencedores de soberbia desmesurada y sin ningún tipo de compasión, ajenos a la miseria del resto.

En un baile trepidante y continuo de acción en la que no se nos privará de la crudeza de las redadas, las torturas y las ejecuciones en la "cripta".
En un decorado cuyo fondo reina la desesperanza y las brumas de una sociedad tenebrosa encerrada en sí misma y sin contacto con el resto del mundo.

La calle Robles será el núcleo central desde donde se fraguarán las acciones mezquinas y se esconderán secretos que en las profundidades de sus calabozos morirán junto a sus ocupantes de paso.

En palabras de uno de los personajes:

“Aquí de lo que se ocupaban de verdad, era de la gente. de la gente a la que el régimen no olvidaba ni perdonaba...Todos ellos catalogados, aguardando la violencia arbitraria de la venganza aplazada."

El tipo de narración muy directo con prosa contundente y descarnada nos hará sufrir durante las horas de lectura que por otro lado nos mantendrá como sedientos, pegados al libro hasta la resolución y el final de la historia contada.

Encontré no obstante dos "peros" el primero la falta de documentación por parte del autor a la hora de ubicar lugares y distancias en el callejero de Madrid. El segundo es, por comparativa, la flojedad del argumento en su vertiente actual donde las protagonistas: Historiadora, forense, ayudante, policías, desarrollan una serie encuentros y acciones al igual que ciertos escarceos, innecesarios para el argumento y algunos sin resolución.

Pero en definitiva, puedo recomendar el libro dado el alto interés que despierta a los interesados en historia y aficionados a la novela "negrisima".


  "Tienes que desear querer verlos muertos...  Tienes que desear con todas tus fuerzas que mueran en tus manos. De la manera que sea. Y después tienes que estar contento de que estén muertos. Puede que fueran buenos padres, buenas madres o esposas. Da igual. Las órdenes son las órdenes, y hay que cumplirlas, porque si no, la cagas. Y entonces podrías ser tú el que acabe muerto. Eso es todo. O haces tu trabajo bien, o no haces nada de nada.”


viernes, 26 de febrero de 2016

La acariciadora de libros




Con cuanto agrado guardo el recuerdo de aquella primera vez que oí hablar de aquel libro tan especial que ahora obra en mi poder, fue el primero de los muchos que ahora tengo en mi haber.

Me lo recomendaron y me indicaron donde podría adquirirlo.
Cuando me acerqué a esa librería tan especial, un temblor recorrió mi columna vertebral, pasar al otro lado de la puerta fue penetrar en un mundo misterioso y desconocido para mí.

El olor a tinta y papel de los volúmenes que allí se vendían excitó mis sentidos, poniéndolos alerta, deseando tocarlos, descubrir su interior, sus mensajes cifrados.

El dependiente me guió con suma delicadeza hasta la sección especial donde encontraría lo que buscaba con tanta ansiedad; me orientó hacia donde debía dirigirme y me dejó a solas para que experimentase con los tomos expuestos en las estanterías.

Tanteé con delicadeza los lomos, como si de animalillos asustadizos se tratase, los acaricié, palpé sus tapas y los toqué a placer hasta que me decidí por uno, por el que me acompañaría a casa; a mi refugio, donde podría saborearlo a placer.

Llegada la noche y llena de expectativas con mi reciente adquisición me acosté rápido para deleitarme con "mi libro especial" lo abrí, y acaricié sus hojas mientras me empapaba de lo escrito en él. ¡Tanto lo acariciaba! que mi pareja, a mi lado sintió celos de él en algún momento y desentendiéndose de mí, se durmió.

Hoy recuerdo ese día con fruición de novicia, y esa noche convertida en antesala de una prueba y un reto desconocido con anterioridad; la consecución placentera de lo que en principio empezó como calvario desesperante, como algo que minó mis ilusiones.

Tuve que empezar desde cero, desde el principio, como niña que deletrea en su cartilla de aprendizaje en una lectura pausada, tropezando de continuo en el texto plasmado a lo largo de las páginas. 

Me vi forzada a volver a la escuela, a llorar la pérdida. Pero nunca me consideré derrotada, y con tesón y lágrimas de rabia conseguí salir adelante y seguir disfrutando de lo más amado.

Desde aquel fatídico accidente en que perdí la vista y me encontré con la tesitura de aprender el braille, pasé de leer mis libros a acariciarlos, y ellos agradecidos me devolvieron la esperanza y la alegría en letras con relieve que trasmitían sus historias contadas a través de mis dedos.





Derechos de autor: Francisco Moroz

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