No haré promesas que no pueda cumplir para el nuevo año, pero si experimentaré todo lo que pueda con los ingredientes que estén en mi mano, para que salga un sabroso y buen potaje literario.
No me propondré nada más que lo que pueda alcanzar con mis medios. Las falsas ilusiones de cambio, intelectualidad y desarrollo personal me suelen dejar cansado, vacío, y desilusionado. Pero pondré toda la carne en el asador y que no se diga que no lo intenté a la hora de utilizar las herramientas adecuadas.
Ya tengo el primero y el segundo plato con enjundia para el nuevo año: Potaje y carne.
Como resumen y de postre, pondré algo fresco como un sorbete de ganas de vivir con un chorreoncito generoso de letras, que me inciten a mantener las expectativas lectoras que me alienten a escribir las mías propias y rebajen los grasientos y casposos programas televisivos.
También me gustaría seguir recibiendo los comentarios de mis fieles amigos que se acercan por esta casa a visitarme y que siempre dejan ese rastro amable y perfumado en palabras, que perdura hasta la siguiente cita. Ese es el tipo de dulce que me agrada, más que el turrón, los mazapanes y las chuches.
Con todo ello mis propósitos y mi sueños para el año que comienza estarán cumplidos de antemano.
Os deseo un ¡Feliz y venturoso año nuevo!
A todos los que me leéis, a los que participáis, y a los que os habéis hecho cómplices seguidores de esta aventura que termina hoy mismo y que comenzará mañana si los hados y el destino son propicios. Sois y seréis bienvenidos siempre, como personas interesantes a las que conocer.
Que podamos seguir disfrutando de lo que nos gusta, que seamos felices con lo que nos toca, y podamos continuar compartiendo este aprendizaje continuo y tan gratificante del mundo bloguer.
Un abrazo a todos. ¡¡¡Esta noche fiesta!!!
No sólo de libros vive el hombre.
¡Mañana más!