Siempre insatisfecho con lo que te tocó en suerte, siempre
envidiando lo que tienen los demás, nunca conforme.
Pediste créditos sin medida para tener lo que tienen los
afortunados. Deseas un nivel adquisitivo que no te puedes permitir.
Cuando el
banco se cansó de tus impagos nos pediste préstamos a nosotros para poder
seguir con tu ritmo de vida, tu desenfreno ludópata, tus lujos inmerecidos.
Y hoy te presentas de nuevo aquí, sin haber satisfecho las
deudas. Sin ninguna vergüenza, pudor, ni respeto.
¡Pretendes cobrar otra vez!
Te lo digo en serio: No se si aguantarás una sola paliza
más.
Derechos de autor: Francisco Moroz